Somos hijos, nietos, biznietos de los que vivieron en esta casa. La librería está en la casa de mis abuelos y la de mis bisabuelos, también donde nacieron y crecieron mi madre y mis tíos. Mi hermano, mis primas, mis amigos del pueblo y yo pasamos muchas horas de nuestra infancia y adolescencia jugando, cantando y alimentándonos física y espiritualmente en esta vieja casa de pueblo, acompasados por el sonido de las campanadas de la Iglesia y por los cencerros de los rebaños de cabras que pasaban por la calle. Hemos pasado tantas horas en torno a la mesa de camilla de mi abuelo José, afianzando, sin darnos cuenta este deseo de solidaridad y encuentro con los demás que derrocha mi familia. Casa abierta y mesa compartida heredada de unos a otros. Ahora es una casa con libros…